Cuando este libro ha caído en tus manos, lector, es que algo providencial ha sucedido en tu vida. Léelo hasta el final. Yo te contaré cómo lo llegué a conocer y porqué he promovido supublicación. Era el día 15 de marzo del año de 1984. Las 18,00 horas exactamente. Eran las últimas semanas del Año Santo de la Redención. Recibo una visita inesperada. Dos personas para mí desconocidas, me traen una vida manuscrita de una seglar FELIPA DE lZARRA de la cual nunca había oído hablar. Eran los depositarios de la biografía. Hacía bas- tantes años que la había redactado una Carmelita Descalza ya difunta. A base de testimonios y documentación epistolar recogida ala muerte de Felipa, había llevado a cabo el trabajo de componer una sencilla biogra- fía. Durante años había permanecido entre los papeles de una familia amiga de Felipa. Al cumplirse el Centenario del nacimiento de la sierva de Dios (1883-1983) se había querido hacer algo por dar a conocer su figura. Me entregan también una estampa de Felipa con imprimátur del 4.11.1957. Se pedía mi colaboración para hacer algo en favor de esta violeta escondida. Desde un principio la situación se me presentó un poco compleja. Habían pasado bastantes años desde la muerte de Felipa (1952). Se había compuesto la biografía cuando estaba para abrirse el Vaticano II. La nueva espiritualidad que surgió a raíz del Concilio no parecía favore- cer el fomento de nuevas causas de beatificación y biografías edifican- tes. Así todo había quedado tronchado. Se había hecho, es verdad, la exhumación de los restos de la sierva de Dios. Pero aquel acto no tuvo luego continuidad alguna fuera de la publicación de la estampa. ¿Qué hacer? Mis interlocutores hablan de depositar el manuscrito en algún archivo si es que no procede su publicación. Pido tiempo para reflexionar. Leo la biografía. Es sencilla. No está com- puesta para una inmediata publicación. Sería menester refu