«Un erizo de mar, un puerco espín, un niño con pelos de punta, un nabo, una naranja, el Sol, la Luna...». En este curioso libro, la forma de un objeto —el erizo de mar— reproduce la paulatina transformación en otros objetos a partir de los elementos gráficos esenciales que sirven para identificar el objeto inicial. La vuelta al punto de partida —el erizo— imita el secreto mecanismo de los juegos infantiles.