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UNA VIDA EN DOÑANA. HECHOS, RECUERDOS Y ANÉCDOTAS DE ANTONIO CHICO, GUARDA MAYOR

ISBN: mkt0003200538
Los Papeles del Sitio, Valencina (Sevilla), 2007. 25,5x20,5 cm. 350 págs. Plena tela con sobrecubierta. Buen papel. Impresión a todo color. Lujosamente editado. Diseño de Manuel Ortiz. Perfecto estado. // Prólogo de Miguel Delibes de Castro. Ilustraciones a color de Bibiana González-Gordon // Este no es un libro más sobre Doñana, sino sobre un hombre -Antonio Chico- que vivió allí toda su vida. En su compañía descubriremos y disfrutaremos de aquel lugar maravilloso. A través de sus recuerdos –fielmente recogidos e hilvanados por la autora- sabremos cómo transcurrió su infancia, su juventud y los pormenores de su trabajo como guarda en aquel lugar, único en el mundo. De sus labios escucharemos mil historias y curiosidades, y quedaremos subyugados por su peculiar y magistral manera de contarlas. Sus palabras poseen la hermosa cadencia de lo arcaico, y despiertan esa poderosa atracción que produce el escuchar a alguien que habla de aquello que conoce muy bien y lo ama muy profundamente. El paisaje de Doñana, también está presente en este libro a través de las acuarelas que lo ilustran // El protagonista de este libro, Antonio Chico (1914-2001), fue un hombre cuya vida transcurrió íntegramente en el Coto Doñana. Allí nació y creció. Allí encontró a Antonia con la que se casó. Juntos criaron cinco hijos. Y allí murió. Antonio, desde muy joven, supo lo que quería. Dejándose guiar por su corazón y su cabeza, eligió quedarse en el Coto, el lugar que amaba. También eligió ser guarda, como su padre, como su abuelo. Aquella profesión le permitió convertir su mayor afición, su verdadera vocación -la naturaleza-, en una forma de vivir y de ganarse la vida. Y llegó a ser Guarda Mayor, el puesto más alto del escalafón. Aparentemente enclaustrado en un lugar aislado y solitario como Doñana, supo adaptarse perfectamente a los tiempos que le tocó vivir. Pero también revivió el pasado con nostalgia, y contempló, en algunos casos con dolor, muchos de los cambios experimentados en su entorno. Antonio vivió en un mundo que ya no existe. Y sin embargo no se ha perdido para siempre gracias a él, que nos dejó el testimonio de su vida; que supo contar como nadie, ayudado por su estupenda memoria, su justa valoración de los hechos y su maravilloso poder de narración. A él tenemos que agradecerle el que, por boca suya, conozcamos lo que fue una forma de vida en el pasado. Lo que fue, durante casi un siglo y hasta hoy, “Una vida en Doñana” //