La edición de este libro titulado La España Imperial, tiene la especial particularidad de recoger íntegramente los testamentos de los diferentes monarcas españoles, desde los comienzos, en los que se logra la unificación de los reinos de la España peninsular, después del importante hecho histórico de la conquista de Granada, que coincide con el descubrimiento del Nuevo Mundo, hasta el inicio de la Dinastía Borbónica. Se inicia este estudio con una exposición breve pero amplia, de cómo se encontraba el mundo distribuido en reinos al iniciarse la Edad Moderna, con una somera referencia a la política exterior de los principales países, para tratar de dar así una visión general de la situación de España, en la que comienza su andadura imperial. A continuación el libro parte de la ingente obra llevada a cabo por los Reyes Católicos. Pero es la figura de Isabel I de Castilla, también conocida como “La Católica”, la que tiene una especial relevancia, y por ello se recoge un comentario a su Testamento, el texto íntegro del mismo, así como del codicilio. De la lectura de este importante documento, el lector deducirá ideas y observaciones propias de gran interés. En los cinco capítulos siguientes se recogen, no en la extensión que merecería, la política imperial de Carlos I de España y V de Alemania, “El Emperador”, que es la figura más relevante de su época. Su hijo Felipe II continuó la labor de consolidación del Imperio Español, y a diferencia de su padre fue un rey poco batallador, más dedicado a los asuntos de Estado y a la diplomacia, desde su centro de poder en el Monasterio de El Escorial. Le suceden Felipe III y Felipe IV, monarcas que gobernaron el Imperio heredado apoyados en Validos, como el Duque de Lerma o el Conde Duque de Olivares. Ya en esta época el acoso contra el Imperio Español era enorme por parte de Francia e Inglaterra. Con Carlos II “El Hechizado”, último de los monarcas de la Dinastía Austriaca,